La séptima cuerda
Manuel Ramos
Esdrújula Ediciones
Granada, 2016
Manuel Ramos (Sevilla, 1974) es guionista y director cinematográfico. Ha publicado varios libros, entre ellos Tres cipreses, su anterior novela que ha sido publicada tanto en España como en Cuba.
Empeño, constancia, dedicación, amor, pasión, los ojos que miran al frente y saben lo que quieren. El alma de Daniel puede describirse de esta manera. A lo largo de la historia, además de pasearnos por Sevilla con distintas personalidades del flamenco, el protagonista da cuenta de sus inquietudes y deseos, de cómo quiere configurar su futuro.
También La séptima cuerda es un retrato de la sociedad: la madre de Daniel, Concha, quiere que estudie una carrera porque así tendrá un porvenir "asegurado":
- Créeme, mamá, ahora mismo solo estoy seguro de una cosa y es que la música es mi vida. Siento cada nota, cada falseta, cada palo flamenco... Te prometo que lo he intentado, de verdad, he terminado el instituto y cada hora que pasaba machacándome estudiando otras cosas, sentía una enorme tristeza... (Página 71)Cabeza y corazón se encuentran aquí. La primera es representada por Concha y la segunda por Daniel que lucha por convertirse en un guitarrista flamenco.
La novela es un claro ejemplo de la concepción que tiene la sociedad sobre el arte. Los padres de Daniel se enfadan con él porque quiere estudiar música. A nuestro parecer La séptima cuerda nos quiere hacer ver que aunque el camino del arte es díficil es igual de importante que cualquier otro; que requiere el mismo esfuerzo, dedicación y estudios que el resto; que la vida del artista es complicada, inestable, pero ¿por qué renunciar a los que nos apasiona?
- No necesito ningún título para tocar. La música es libre, como nosotros, y usted reprime cualquier intento de creatividad. No somos máquinas, don Javier, pero usted se empeña en enseñar como si esto fuese una clase de matemáticas. Técnicamente, saldrán de esta escuela buenos intérpretes, no lo dudo, pero nunca podrán crear algo nuevo porque hay algo muy importante que usted jamás podrá transmitirles. (Página 64)