martes, 27 de septiembre de 2016

LA SÉPTIMA CUERDA, Manuel Ramos



La séptima cuerda
Manuel Ramos
Esdrújula Ediciones
Granada, 2016




           Manuel Ramos (Sevilla, 1974) es guionista y director cinematográfico. Ha publicado varios libros, entre ellos Tres cipreses, su anterior novela que ha sido publicada tanto en España como en Cuba.

           Empeño, constancia, dedicación, amor, pasión, los ojos que miran al frente y saben lo que quieren. El alma de Daniel puede describirse de esta manera. A lo largo de la historia, además de pasearnos por Sevilla con distintas personalidades del flamenco, el protagonista da cuenta de sus inquietudes y deseos, de cómo quiere configurar su futuro. 
           También La séptima cuerda es un retrato de la sociedad: la madre de Daniel, Concha, quiere que estudie una carrera porque así tendrá un porvenir "asegurado":
           - Créeme, mamá, ahora mismo solo estoy seguro de una cosa y es que la música es mi vida. Siento cada nota, cada falseta, cada palo flamenco... Te prometo que lo he intentado, de verdad, he terminado el instituto y cada hora que pasaba machacándome estudiando otras cosas, sentía una enorme tristeza... (Página 71)
           Cabeza y corazón se encuentran aquí. La primera es representada por Concha y la segunda por Daniel que lucha por convertirse en un guitarrista flamenco.

           La novela es un claro ejemplo de la concepción que tiene la sociedad sobre el arte. Los padres de Daniel se enfadan con él porque quiere estudiar música. A nuestro parecer La séptima cuerda nos quiere hacer ver que aunque el camino del arte es díficil es igual de importante que cualquier otro; que requiere el mismo esfuerzo, dedicación y estudios que el resto; que la vida del artista es complicada, inestable, pero ¿por qué renunciar a los que nos apasiona?


- No necesito ningún título para tocar. La música es libre, como nosotros, y usted reprime cualquier intento de creatividad. No somos máquinas, don Javier, pero usted se empeña en enseñar como si esto fuese una clase de matemáticas. Técnicamente, saldrán de esta escuela buenos intérpretes, no lo dudo, pero nunca podrán crear algo nuevo porque hay algo muy importante que usted jamás podrá transmitirles. (Página 64)

             

lunes, 19 de septiembre de 2016

SONETOS, William Shakespeare



Sonetos
William Shakespeare
Navona Editorial
Barcelona, 2016




           William Ospina (Herveo, Tolima, 1954) es un escritor, periodista, y traductor colombiano. Ha escrito varios ensayos sobre Lord Byron, Edgar Allan Poe o Emily Dickinson. Ha obtenido varios premios como el Premio Nacional de Poesía (1992) o el Premio Rómulo Gallegos (2009).

           William Shakespeare utiliza la locución latina tempus fugit para hablar del paso del tiempo, su preocupación por la belleza, la estética, el aspecto físico más que por la vejez en sí cercana a la muerte: "Mira en tu espejo y dile a ese rostro que llevas: / "Ya es tiempo que este rostro le dé a otro su gracia"".

           A menudo se cuestiona la pervivencia de sus versos; si se olvidarán cuando él ya no esté o si alguien los recogerá. Podría plantearse como una preocupación pero la sensación que nos transmite el inglés no es esa. Más bien es el deseo de conocer lo que sucederá en el futuro.

           El amor, como no podía ser de otra manera, también está presente a lo largo de toda su poesía. Sin embargo, no es un canto a la persona amada, como suele ser lo habitual, sino un acto de protección hacia la amada: "Por tu amor yo declaro la guerra al tiempo ciego, / Y lo que él te arrebata, de nuevo te lo entrego".

           William Ospina ha hecho una maravillosa selección de los sonetos de William Shakespeare mostrando temas que se unen entre sí como son la belleza y el amor, el pasado y el futuro. A través de ellos podemos ver al poeta inglés, sus inquietudes, sus anhelos y sus miedos. En suma, Ospina logra dibujar y recoger el alma de Shakespeare.


XXXIII


Full many glorious morning have I seen
Flatter the mountain-tops with sovereign eye,
Kissing with golden face the meadows green,
Gilding pale streams with heavenly alchemy;
Anon permit the basest clouds to ride
With ugly rack on his celestial face,
And from the forlorn world his visage hide,
Stealing unseen to west with this diisgrace:
Even so my sun one early morn did shine
With all-triumphant splendour on my brow;
But, out, alack! he was but one hour mine,
The region cloud hath mask'd him from me now.
           Yet him for this my love no whit disdaineth;
           Suns of the world may stain when heaven's sun staineth.



33


Más de una vez he visto que la gloriosa aurora
Acaricia las cumbres con sus ojos ardientes;
Besa con rostro de oro el valle verde, y dora
Con celestial alquimia los pálidos torrentes;
Y he visto luego nubes ruines que han escondido
Bajo sucios jirones esa cara celeste,
Y cómo, hurtando el rostro a este mundo perdido,
Inadvertida escapa, deshonrada, al Oeste.
También mi sol brillando se levantaba un día,
Con todo su triunfante filgor sobre mi frente,
Pero, ay, solo una hora su plena luz fue mía,
La región de las nubes la enmascara al presente.
           Mas no siente desdén, mi amor, ni desconsuelo;
           Mi sol puede eclipsarse, si se eclipsa el del cielo.



CONTRA LAS COSAS REDONDAS, Jesús Jiménez Domínguez



Contra las cosas redondas
Jesús Jiménez Domínguez
La Bella Varsovia, 2016




           Jesús Jiménez Domínguez (Zaragoza, 1970), escritor cuyos poemas han sido recogidos en numerosas antologías y traducidos a otros idiomas. Entre sus obras destacamos Fundido en negro (Premio Hermanos Argensola, 2007) o Frecuencias (Premio Ciudad de Burgos, 2012).

           Contra las cosas redondas está compuesto por cinco partes: "Ante", "Bajo", "Cabe", "Con" y "Contra". A lo largo de todas ellas el poeta repliega toda una variedad de recursos siendo la metáfora la que da color a sus poemas. Con ella, y con el resto, Jiménez Domínguez muestra una especie de rebeldía ante las cosas redondas, la perfección, la pulcritud estética. El zaragozano hace un canto a la naturalidad de la vida, de los cuerpos, de las situaciones. Para ello sacará al lector de su zona de confort para que observe otras realidades, otros mundos que viven en uno sólo; por eso, el lector se encontrará con nuevos escenarios que siempre estuvieron a su alcance pero sus sentidos dormidos le impidieron ver.

           El paso del tiempo, el tiempo que se ha vivido, la juventud, el ayer forman un eje importante en los poemas de Contra las cosas redondas como se puede apreciar en "La máquina del tiempo", "Piñata negra" o "Parque de atracciones". En ellos el poeta nos hace ver todo lo que no vimos en su momento y nos invita a que seamos más observadores en el presente.

           Jesús Jiménez Domínguez nos dibuja un mundo con el que poder soñar y edificar nuestros deseos. Es capaz de aunar distintos puntos de vista e incluso nos atreveríamos a decir distintas realidades. El poeta sabe remover nuestro mundo interior a la perfección.



VISTA ATRÁS CUANDO MARCHÁBAMOS


Con aquellas lluvias de otoño
y este sol de invierno,
sobre la caseta del enterrador
ha brotado una segunda casa,
aunque más oscura y pequeña
y con la puerta en el techo.

Apenas él vuelve del trabajo
-la mitad del cuerpo mojado en luz
y la otra todavía en penumbra-,
la negra bufanda del humo marcha,
sombría funcionaria, a su oficina
más allá de los cipreses,
del aire helado y de la nada.


LA GENERACIÓN DEL 14: ESPAÑA ANTE SU MODERNIDAD INACABADA. Hugo Aznar, Elvira Alonso Romero, Manuel Menéndez Alzamora.



La Generación del 14: España ante su modernidad inacabada
Hugo Aznar, Elvira Alonso Romero, Manuel Menéndez Alzamora
Plaza y Valdés Editores
Pozuelo de Alarcón, 2016




           La Generación del 14: España ante su modernidad inacabada es una edición de Hugo Aznar, Elvira Alonso Romero y Manuel Menéndez Alzamora.

           La Generación del 14 como bien explica José Peña González debe su nombre a Lorenzo Luzuriaga, denominándola de tal manera en un artículo publicado en la revista argentina Realidad.

           Podríamos decir que el eje vertebrador de esta generación fue Unamuno, quien fue fuente de inspiración y modelo para todos los integrantes de la Generación del 14. 
           Por otro lado,  hay que destacar el papel de la mujer en la sociedad de esta época. Comienzan a hacerse escuchar y a ser vistas en ámbitos reservados anteriormente sólo para el sexo masculino como, por ejemplo, la política. La mujer reivindica en estos años su lugar, su identidad, su espacio, su educación y, por ende, su futuro y presente. Sus voces ya van ganando peso a pesar de que algunas por la educación e ideología recibidas lo veían como algo "fuera de lugar" que no llevaría a ningún lado.

           La Generación del 14 abre paso a un nuevo pensamiento, una nueva racionalidad, tratando a todos por igual y que lo que prevalezca sea la educación y el progreso. La figura de Ortega y Gasset en este sentido fue fundamental en el grupo para la transformación de las inquietudes de la sociedad, para su despertar y el descubrimiento de una vida diferente.

           Aznar, Alonso Romero y Menéndez Alzamora nos acercan y adentran magistralmente en el corazón de la Generación del 14 haciéndonos conscientes y partícipes de la historia de nuestro país, del empeño y deseos de tantas personas por una España más libre, independiente y sabia intelectualmente hablando.







           

miércoles, 14 de septiembre de 2016

LOS BESOS EN EL PAN, Almudena Grandes



Los besos en el pan
Almudena Grandes
Tusquets Editores
Barcelona, 2015




           Almudena Grandes (Madrid, 1960) es escritora, columnista del diario El País y contertulia en la sección Hoy por hoy de la Cadena Ser. Entre sus novelas podemos destacar Malena es un nombre de tango (1994), Atlas de geografía humana (1998), Los aires difíciles (2007) o El corazón helado (2007).

           En Los besos en el pan Almudena Grandes dibuja la silueta de la situación y/o sociedad española actual. En ella encontramos, por ejemplo, a Antonio. En su caso, no sólo pesa la falta de trabajo sino también la falta de una compañera:
"Él no trabaja, pero pone el despertador todas las noches, igual que antes, porque no puede permitirse en su derrota la humillación suprema de quedarse en la cama hasta el mediodía. Además, al despertar siempre tiene sed, pero sobre todo soledad, tanta y tan variada que no puede con ella. Por eso va al bar, para estar rodeado de gente, para que el dueño le salude por su nombre"
           La escritora hace una llamada de atención. Es un canto a la vida misma, al derecho de vivir. Para cada situación problématica o de malestar Almudena encuentra la pieza clave para que esa situación no cojee, no se quede desamparada. Al igual que dibuja las dificultades por las que atraviesa la sociedad española, también traza el lado bueno de ella: la solidaridad, la empatía, la ilusión y deseo de conseguir lo que un día tuvimos o, al menos, de volver a ser.

           A pesar de los hechos que describe, la madrileña consigue hacerlo de una manera poética pero también reivindicativa -si bien en eso también consiste la poesía- en la que entran en juego tres generaciones: abuelos, padres y nietos. Cada uno aporta su visión de los hechos desde la edad que los caracteriza pero todos reman al final hacia la misma dirección.

           Los besos en el pan es un recuerdo al gesto de valor y aprecio hacia al pan, al alimento, al sustento tan básico pero que muchos no podían disfrutar de él. Almudena Grandes consigue emocionarnos con su historia, que es la historia de todos; la historia del ayer y del hoy con la esperanza de que mañana tal historia cambie.


martes, 9 de agosto de 2016

EN CASO DE DUDA Y OTROS POEMAS DE CASI AMOR, Antonio Manilla




En caso de duda y otros poemas de casi amor
Antonio Manilla
Editorial Sloper
Palma de Mallorca, 2016




           Antonio Manilla (León, 1967) es historiador, periodista y poeta. Su obra poética ha sido incluida por José Luis García Martín en las antologías Selección Natural. Última poesía Española (1995) y La generación del 99 (1999). Como poeta ha publicado Canción de amor acaso (1993), Canción gris (IV Premio de Poesía Emilio Prados, 2003), Momentos transversales (XII Premio José de Espronceda de Poesía, 2007).

           Cada día nos adentramos en la monotonía, en los hábitos cotidianos y sus prisas haciendo que nos olvidemos de los detalles y motivos que tenemos delante de nuestros ojos: "el vino y la tortilla de patata, / el tabaco de pipa, la lectura". Manilla pone sobre nuestras manos la posibilidad y la conciencia del retorno, de pararnos ante la vida en el momento preciso y ser de nuevo individuos. Y así muestra esa falta de consciencia en "No ahorrador": "Con este patrimonio: / un corazón vacío." Todo ese caminar sin ver ni observar también está presente en el amor, o, en este caso, en la persona amada: "No sabe que camina acompañada". 

           A medida que vamos avanzando en el poemario, la sensación que nos da es la de la subida de una escalera. En cada escalón (cada poema) nos va dejando notas recordatorias cuyo contenido no tiene que ver sin embargo con la memoria sino con las emociones, con la consciencia que tan presente está en este libro. 

           "Solo lo fugitivo permanece". Y es que Manilla tiene razón. Lo que estamos acostumbrados a ver cada día no se gana nuestra atención. Por el contrario, cuando nos topamos con algo inusual lo mantenemos en nuestra retina de por vida. Pero el poeta no se refiere a lo extraordinario sino a esas nubes o a esa lluvia que nos mojan y ensombrecen habitualmente.

          Podríamos decir que Antonio Manilla es el poeta del detalle, de la esencia y alma de las cosas en este En caso de duda y otros poemas de casi amor. Con sus versos nos transmite ese mundo que nos envuelve, que está ahí para nosotros, para que le demos vida y creemos historias. Y el amor que no siempre tiene por qué tener la carta ganadora ni la vista limpia en los ojos del que mira. A veces el amor pierde, o pierde el que ama, pero no siempre la despedida tiene que saber a derrota. El amor en los ojos y en los versos de nuestro poeta es un barco que parece que naufraga pero que, sin embargo, sabe perfectamente cuál es su rumbo.




SECRETO


Como oculta la casa
sus secretas alcobas
o el camino recodos,
los atajos espinas
y las rosas amores,

así te guardo yo
en el desván de mí,
como a una carta
que nadie ha de leer:
ni siquiera mis ojos.




domingo, 31 de julio de 2016

DIARIO ÍNFIMO, Mercedes Roffé




Diario ínfimo
Mercedes Roffé
La isla de Siltolá. Colección Tierra
Sevilla, 2016




           Mercedes Roffé (Buenos Aires, 1954) es profesora de Letras Modernas por la Universidad de Buenos Aires y Doctora en Literatura Española y Latinoamericana por la Universidad de Nueva York. Es autora del ensayo sobre literatura medieval La cuestión del género (1996). En cuanto a la poesía ha publicado El tapiz (1983), La noche y las palabras (1996), Canto errante (2002), La ópera fantasma (2005) y Las linternas flotantes (2009) entre otros. Actualmente dirige el prestigioso sello Ediciones Pen Press.

           Para comenzar, Mercedes Roffé nos adentra en la densidad del infinito, en lo intangible, en lo inestable, como un barco en mitad de una tormenta, para hablarnos de ese constante tambaleo que sienten los escritores en medio del mundo. Sin embargo, la poeta nos recuerda algo muy importante: ¿dónde quedaron nuestros sueños y la esperanza que nos movía para alcanzarlos?

           Está muy presente la poesía como tema central. ¿Quién puede tener en cuenta una simple agrupación de palabras si no sirven para cambiar lo que nos rodea? Pero ahí está ese poema improbable / incierto / receloso / como una garúa para hacernos sentir el alma de los demás. La argentina cree en el poder de la poesía como arma cargada de futuro que diría Celaya: entretanto / dejar que las palabras / hagan su obra. Lo que incumbe a la sociedad juega un papel importante en los versos de Roffé como el poema “Túnez” donde aborda de una manera delicadísima el atentado en un hotel español de dicha ciudad en el que perdieron la vida 37 personas.

           Quienes conozcan a Roffé, aunque sea mínimamente, sabrán de su implicación sobre todo con la situación de la mujer en la sociedad. Y así lo refleja a nuestro parecer en el poema “Labrantíos” donde muestra su esfuerzo por cambiar la mentalidad tanto de los hombres como de las mujeres que han sido criados con una educación machista y que así han asimilado la naturalidad de ciertas acciones. Siguiendo esta línea social, nos encontramos con otro poema en el que ofrece una visión de los ciudadanos con respecto al sistema. A lo largo del poemario, la argentina nos insta a levantar la voz, a no quedarnos callados ante las injusticias, ante lo que nos parece que no conlleva una evolución fructífera.

           En cada palabra Mercedes Roffé hace sentencia. Su ideología la expresa con conceptos tajantes, precisos, que contienen toda la fuerza de la personalidad de nuestra poeta. A la conclusión que podemos llegar al final de este Diario ínfimo es que la argentina es una mujer pasional, racional, que juega a menudo con contrastes que se acercan a la luz y a la sombra; una voz valiente la suya que a nada teme y que con nada se achanta.



2 de junio
ESO


es verdad

:

los escenarios se incendian

de fuegos de mentira

de verdad

martes, 19 de julio de 2016

HORAS EN UNA BIBLIOTECA, Virginia Woolf




Horas en una biblioteca
Virginia Woolf
Traducción de Miguel Martínez-Lage
Seix Barral
Barcelona, 2016




           Virginia Woolf (Londres, 1882 - Lewes, 1941) fue novelista, ensayista, escritora de cartas, editora, feminista y cuentista, considerada una de las más destacadas figuras del modernismo literario del siglo XX. Durante el periodo de entreguerras, fue una personalidad significativa en la sociedad literaria de Londres y miembro del grupo de Bloomsbury. Sus obras más famosas incluyen las novelas La señora Dalloway (1925), Al faro (1927), Orlando: una biografía (1928), Las olas (1931), y su ensayo Una habitación propia (1929). Fue redescubierta en la década de 1970 gracias a este ensayo, uno de los textos más citados del movimiento feminista, que expone las dificultades de las mujeres para consagrarse a la escritura en un mundo dominado por los hombres.

           En Horas en una biblioteca está muy presente el pasado literario como sinónimo de tradición, de saber, de base si pretendemos adentrarnos en los textos más contemporáneos. No podemos comprender estos últimos si no somos conscientes de los pasos previos y no podremos tampoco innovar si lo deseamos.

           Como suele ser habitual en las obras de Woolf, y en su vida personal, el papel de la mujer es muy importante o, más bien, lo que quiere es que la muejr consiga tener un lugar en la sociedad igual que lo tienen los hombres. "las heroínas más afamadas del siglo XIX representan lo que los hombres desean en las mujeres, pero no necesariamente lo que las mujeres son". No se puede mostrar mejor la situación social y, en este caso, literaria que vive la mujer. A pesar de haber avanzado hacia esa igualdad que nuestra escritora desea, aún se ve cómo las palabras y testimonios de las mujeres se utilizan para hablar del sexo masculino.

           Una prosa fácilmente comprensible, a caballo entre el lenguaje periodístico y el literario, compone los textos que integran Horas en una biblioteca en los que la autora también se atreve con personajes como el filósofo y escritor Henry David Thoreau o la poeta Christina Rossetti. Las líneas sobre ésta última repasan su biografía y su obra en un texto en el que Woolf se dirige a la autora de El mercado de los duendes sin ocultar la admiración que siente por ella. "Nada blando, nada ocioso, nada irrelevante estorbaba en tus páginas. Dicho en una palabra, eras una artista", le dice Virginia a su compatriota y fuente de inspiración antes de añadir que "algunos d elos poemas que escribiste en tu cuartito guardarán una perfecta simetría".

           En esta recopilación de ensayos, la escritora londinense trata también episodios cotidianos a partir de los que reflexiona sobre cuestiones existenciales que dejan entrever cierta vocación filosófica en la autora de La señora Dalloway. Prueba de ello es cómo reflexiona sobre la muerte en un relato protagonizado por una polilla: "Así como la vida había sido algo extraño momentos antes, ahora la muerte no era menos extraña. Tras enderezarse la polilla, ahora yacía con toda decencia, compuesta, sin queja".

           Unidades, las cualidades y la inteligencia de la que hablan Eliot y Borges le permitieron a la escritora londinense ser una especie de Larra a la británica que analizaba de forma única y muy personal la realidad que le rodeaba.

           Más que demostrada queda la brillantez de la pluma ensayística de Virginia Woolf por la vigencia que, tres cuartos de siglo después de su muerte, mantienen los textos recopilados en Horas en una biblioteca.

domingo, 17 de julio de 2016

¿QUÉ HARÉ YO CON ESTA ESPADA?, Angélica Liddell




¿Qué haré yo con esta espada?
(Aproximación a la Ley y al problema de la Belleza)
Angélica Liddell
La uÑa RoTa
Segovia, 2016




           Angélica Liddell (Figueras, 1966) es escritoria, directora de escena y actriz española que ha recibido numerosos premios entre los que destaca el Nacional de Literatura Dramática y el León de Plata de la Bienal de Teatro de Venecia 2013. En 2008 publicó su único poemario Los deseos de Amherst. En cuanto a su producción teatral se encuentran Mi relación con la comida (2005), Perro muerto en tintorería (2008) o Maldito sea el hombre que confía en el hombre, un projet d'alphabétisations (2011).

           Angélica Liddell en ¿Qué haré yo con esta espada? utiliza todos los recursos del teatro donde la belleza, la muerte y el erotismo se mezclan para buscar las profundidades de la naturaleza humana. Su grito ahogado de angustia y su grito de esperanza buscan superar los límites de la poesía para alcanzar la conciencia que se está perdiendo. En esta obra muestra su profunda preocupación por la violencia de Issei Sagawa, un caníbal japonés, y los ataques terroristas en París en noviembre de 2015. Con sus compañeros Hölderlin, Cioran, Mishima y Nietzsche regresa a los orígenes de la tragedia y trata de diferenciar la violencia real de la violencio mitológica. Usando la fuerza que le caracterica, Liddell nos lleva a lugares en los que es imposible estar tranquilo.

           En ¿Qué haré yo con esta espada? nombra numerosas veces a Dios, y es que nuestra escritora no se plantea su existencia o no, sino su necesidad. El lado católico podrá preguntarse cómo es posible que Dios no pueda evitar esta deshumanización, esta pérdida de la moral, de la ética, del ser. Un ser que es ajeno o inmune a los sentimientos puros, a la mirada del de enfrente, a la libertad, a poder respirar en calma. Liddell siempre tiene un sentimiento de frustación cuando escribe, ese rechazo por toda la violencia y el sufrimiento del que emanan sus palabras, sus ideas, su propio pensamiento. Afirma que la esencia del ser  se encuentra olvidada en un gran vacío y que la sociedad actual tiene una gran necesidad de humanidad.




lunes, 11 de julio de 2016

EL CUERPO Y OTRA COSA, Darío Jaramillo Agudelo




El cuerpo y otra cosa
Darío Jaramillo Agudelo
Editorial Pre-Textos
Valencia, 2016




           Darío Jaramillo (Antioquia, 1947) es uno de los mejores poetas no sólo de la "generación desencantada" sino de la segunda mitad del siglo XX. Es el gran renovador de la poesía amorosa colombiana. Su obra poética se caracteriza por un marcado corte intimista. También ha destacado como narrador y ensayista. Ha desempeñado cargos culturales en organismos estatales y es miembro de los consejos de redacción de la revista Golpe de Dados y de la fundación particular Simón y Lola Guberek. Su obra poética está contenida en las siguientes publicaciones: Historias (1974), Tratado de retórica que le valió el Premio nacional de poesía en 1978, Poemas de amor (1986), Antología poética (1991), Cuánto silencio debajo de esta luna (1992) o Gatos (2005).

           Parece que el día se vuelve una tarde de otoño cuando nos sentamos a leer a Darío Jaramillo. La música que él escucha no es sanadora como en otros casos sino que acompaña a su melancolía, a su resignación, a su vista (quizá) cansada. Junto a aquélla, el poeta nombra al tiempo y al silencio. Son los ecos de su vida, las ciudades, los paisajes que vio y visitó. Son sus pies que ya andan solos hacia ningún destino establecido.

           El cuerpo y otra cosa es un canto al paso del tiempo, de los años, a la llegada de la edad última: "Intuyo otra manera de llevar el tiempo." Parece como si la vejez le llegara al colombiano por sorpresa, como si todo estos años no hubiera sido consciente del paso del tiempo, y lo acoge con dolor, con aflicción, con pena. Y en última instancia lo acepta. Sabe que, como en el amor, no hay marcha atrás, no existe un camino de vuelta que nos lleve a los momentos más importantes, a los instantes de máxima fruición. Incluso en los lugares donde ha sufrido le valdría. Pero no es sólo una melancolía psicología sino también física. Nota cómo su cuerpo no es el mismo que hace algunas tardes ya lejanas, que su piel le va contando historias pasadas y que, sin embargo, hay otras que no reconoce: "Pero no es ése el que ahora importa, es el cuerpo distinto sin los dolores nuevos."

           Darío Jaramillo hace un ejercicio de confesión en El cuerpo y otra cosa. Se pregunta "¿Cuánto silencio quedaré debiendo?"y es que puede que pretenda que su poesía sea en cierto modo las respuestas de todo aquél que se haga mayor sin darse cuenta y se pregunte por qué. El silencio no calma, no retrocede a otros mundos, pero es la respuesta a muchas cuestiones. El poeta una vez consigue que nos adentremos en su vida, que seamos testigos de sus sentimientos que más le inquietan, que seamos partícipes de algo que compartimos todos: la alfombra de seda y charcos que atravesamos cada día sin darnos cuenta.


10


El cuerpo inventa el bien y el mal, el cuerpo nunca permanece,
Proteo eterno, el cuerpo divide sus horas entre gozo y dolor, entre
vigilia y sueño,
el cuerpo impone el amor y lo padece y explota con él, traspasa
límites.
El cuerpo está hecho de tiempo.

domingo, 10 de julio de 2016

LA FUENTE Y LA MUERTE, Pedro Sevilla




La fuente y la muerte: memorias
Pedro Sevilla
Editorial Renacimiento. Biblioteca de la memoria
(2ª edición) Sevilla, 2016




           Pedro Sevilla (Arcos de la Frontera, 1959) es poeta y novelista. Es columnista de prensa y ha colaborado regularmente con el suplemento Citas de Diario de Jerez, el semanario local Arcos Información y otros medios. Parte de su obra se ha traducido al portugués y aparece en distintas antologías. En 1990 publica su primer cuaderno de versos al cuidado del poeta Francisco Bejarano. Su primer libro se editó también aquel año titulado Y era la lluvia, amor. En 1992 publica Septiembre negro. Con La luz con el tiempo dentro consigue el accésit del Premio Internacional de Poesía Rafael Alberti (1995).

           Pedro Sevilla ha sido siempre muy consciente de todo lo que ocurría a su alrededor, quizá por eso tuviese abandonada esa parte de inocencia que caracteriza a los niños. Sevilla nos recuerda a César Vallejo por la intensidad de sus sentimientos; siente empatía por aquello que le rodea. 
           De otro modo, se nos revela un carácter responsable que ensalza muy bien aquella "pérdida de la inocencia" al considerarse culpable de todos los males de su familia y, en otra medida, del mundo también.

           Es curioso cómo compara a su Tío Frasquito con don Quijote por disfrazar la realidad, siendo él mismo quien imagina parte de la historia que nos relata: "La verdad es la que yo he creado" no dice. También nos llama la atención que teniéndole tanto miedo a la muerte se sienta atraído por ella, por sus rostros y rotos. Siempre se asoma a las sombras sabiendo lo que va a encontrar, lo que va a provocar en él y, sin embargo, se adentra en ellas con una facilidad asombrosa.

           Al leer su relato imaginamos que un sol ilumina cada página del libro. Por qué no lo sé. Quizá sea esa vitalidad que irradia a pesar de estar rodeado de muertes. Toda esa vitalidad va acompañada de optimismo, de una luz que sólo sabe ver nuestro poeta y, lo más importante, que sabe interpretarla y hacerla suya.

           Su afición por le teatro, o mejor dicho su pasión, hace que se olvide de ese niño que era para convertirse en otros personajes, vivir otras vidas y experimentar nuevos y diferentes sentimientos. Esa soledad elegida por Sevilla es clave también en la configuración de su personalidad, en su concepción del mundo, de ser y estar en él. La consciencia que por ese entonces ya barruntaba la voz de un gran poeta.

           Es delicioso el cuidado que le otorga a las palabras cuando habla de su madre y de su abuela. Y decimos delicioso porque podemos saborear su dulzura y cariño hacia ellas. Y es delicioso porque no reside en él ni una pizca de odio a pesar de las muertes y la vida, del rechazo de los niños del colegio, de las situaciones sociales. Pedro tiene la fortaleza de un corazón adulto y la ternura de un niño que es feliz -posiblemente- sin grandes lujos.

           Pedro Sevilla con La fuente y la muerte nos conmueve, nos deja un sabor agridulce y un nudo en la garganta. La belleza con la que describe los momentos más dolorosos es admirable hasta tal punto que hace que nos preguntemos si el dolor también es hermoso para terminar afirmándolo. Siempre causa rechazo hablar del sufrimiento pero si supiéramos expresarlo como el poeta sabríamos aceptarlo de mejor manera. Pedro Sevilla es la fuente donde se refleja la muerte y la muerte que se hace más liviana en la fuente.





sábado, 9 de julio de 2016

LA SOMBRA DEL OTRO MAR, Joan Margarit




La sombra del otro mar
Joan Margarit
Nordica Libros
Madrid, 2016




           Joan Margarit (Sanahuja, 1938) es poeta, arquitecto y catedrático en la Escuela de Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Desde el año 1980 el poeta decidió utilizar el catalán como lengua literaria con la que ha publicado casi el total de su obra poética integrada por más de quince libros entre los que destacan: Mar d'hivern (1968), Llum de pluja (1987) o Aiguaforts (1995). A partir de 1999, el poeta publicó ediciones bilingües de sus libros Estación de Francia, Cien poemas, Poesía amorosa completa y Joana. Su obra Casa de Misericordia obtuvo el Premio Nacional de Poesía, el Rosalía de Castro y el de Poesía de Catalunya.

           Margarit hace un repaso, a lo largo de los dieciocho poemas que conforman La sombra del otro mar, de lo que ocurre al otro lado del mar, o de la vida. En una simbiosis con las ilustraciones de su desaparecido amigo Josep M. Subirachs, el poeta nos acerca a las sombras en poemas como "Infierno" (dedicado a Subirachs), "Un pobre instante" o "Museo del holocausto, Jerusalén", en el que nos dice: "porque todos han visto la verdad / un destello en un charco de agua sucia", pero siempre dejando la puerta abierta a la luz, a la claridad, a la esperanza. 

           Como no podía ser de otra forma, le canta también al amor en esa forma suya de hablar en voz baja pero firme, sin titubeos, como si tuviera un corazón en forma de bola de cristal donde todo se ve con una belleza y honestidad especial. En él, todas las posibilidades del amor parecen posibles. Sin embargo, alberga ya ese sentimiento de paso del tiempo, de vejez. Le cuesta aceptar que ha llegado a la última etapa de la vida, a veces, incluso, podemos observarlo derrotista ante ella, y otras, sólo le queda el sabor de la marcha de los otros, de los que fueron sus amigos, familiares, aquellos a los que quiso: "Soy demasiado viejo, he de llorar por todos."

           En La sombra del otro mar no podemos olvidarnos de Subirachs y sus ilustraciones que acompañan y compactan a la perfección con cada poema. Parece como si pintura y escritura nacieran del mismo lugar y luego se bifurcaran. La delicadeza con la que Margarit cuida y mima todas las palabras del poema es la misma que Subirachs emplea en los trazos de sus ilustraciones. Pero todo esto no es casualidad: podríamos decir que el poeta y el pintor eran almas gemelas y, como tales, eran un único artista cuando trabajaban juntos.
        


HORARIOS NOCTURNOS


Acostado contigo, oigo pasar los trenes,
y por mi frente cruzan sus luces encendidas
rasgando el terciopelo de esta noche.
Cada rato en silencio me deja una luz roja,
la nota en el pentagrama de cables y de vías
oscuras y brillantes. Acostado contigo,
oigo cómo se alejan con el ruido más triste.
Quizá me he equivocado no subiendo a uno de ellos.
Quizá el último acierta sea -abrazado a ti-
dejar pasar los trenes en la noche.



viernes, 8 de julio de 2016

NO TEMERÁS, Juana Castro.





No temerás
Juana Castro
Ediciones Torremozas
(2ª edición) Madrid, 2016




           Juana Castro (Villanueva de Córdoba, 1945) es poeta y profesora de Educación Infantil y miembro de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes. Colabora en diversos medios literarios como articulista y crítica literaria, además de co-traductora de poesía italiana. Ha obtenido importantes premios en el campo de la poesía y la narrativa, entre los que destacan: Premio Juan Alcaide por Paranoia en otoño (1985); Premio Juan Ramón Jiménez por Arte de cetrería (1989); XI Premio Carmen Conde por No temerás (1994) o el Premio Jaén de Poesía por Los cuerpos oscuros en 2005 (obra galardonada también con el Premio Solienses, 2006). En 2010 publicó una antología de su obra, Heredad, seguida de Cartas de Enero, con la que consiguió el Premio Nacional de la Crítica 2011, y el poemario La bámbola finalista al Premio Solienses 2011.

           Juana Castro se nos presenta con una voz que habla desde una perspectiva, en cierta manera, desafiante, valiente y segura de su persona cuando aborda temas como el exilio o la muerte. Para evadir o quitarle importancia a ese dolor, el cual constantemente trata de enmascarar desde una postura a veces fría, otras de firmeza y fortaleza, alude al mundo onírico donde todo puede suceder y es ella quien puede elegir la configuración de sus acontecimientos. En esos instantes, piensa en su hermana, que para ella es su salvadora.
           Llega un momento en el que Juana parece liberarse de sí misma, de lo que le han hecho ser y aparentar en cierto modo, y se muestra libre, sin trabas ni tapujos. No teme que la veamos tal cual es, pero en realidad no tiene en cuenta nuestra opinión sino la suya propia. El propio criterio de su mente, de su cuerpo que le mira de frente. No teme juzgarse -si tiene que hacerlo-, ya no hay que ocultar nada.

           Podemos observar a una mujer que se siente sola en medio de todo y de nada y que no quiere que nos compadezcamos de ella. Tras esa voz firme y tajante propia, se puede entrever, a nuestro entender, una honda tristeza que alberga un fornido corazón. No deja que nadie se adentre y conozca su parte más vulnerable.

Con No temerás, libro que le valió el XI Premio Carmen Conde, nos insta a quitarnos las barreras y los miedos de cosas que son insignificantes pero a las que les damos mucha importancia. Es un canto herido que pretende curarse, y que nos curemos nosotros también. En ciertos momentos, podemos ver cómo la poeta habla consigo misma olvidándose de lo que le rodea, y de que nosotros, los lectores, estamos siendo conscientes de sus sentimientos. O eso creemos. Da la sensación de que derrama todas sus emociones en el papel pero, sin embargo, algo nos dice que lo más doloroso se lo ha guardado para sí. Puede que sea para no mostrarse débil -que dudamos mucho que lo sea- o, simplemente, porque es parte del pasado, y a este por crudo que sea no hay que temerle sino mirarle de frente, como Juana a todos los miedos que ha vencido.





ECCE HOMO


Soy sólo una mujer
sentada en la banqueta.
Me ha pintado la noche
yerma al claro de agosto, despojada.
Aquí sólo el silencio
me acompaña y me fija, presa en mí
del instante.
Nada miro ni hablo.
Nada pienso, y estoy
como no están las piedras,
quizá como una carne
disecada y sin alma. Ni pregunto
ni espero. Ha cesado
la vida y ha cesado la intención
y el temblor. Nada hay
que crezca ni que aflore. Nada siente.
Y sin embargo, todo:
demonio, mundo, devenir, distancia,
todo dice y proclama que no existe,
ni por dentro ni fuera, otra
más que esta segura eternidad:
una pobre
mujer sentada en su banqueta.


           

jueves, 30 de junio de 2016

DE UNA PALABRA A LA OTRA: LOS PASOS CONTADOS, Octavio Paz




De una palabra a la otra:
Los pasos contados
Octavio Paz
Vaso Roto Ediciones
Madrid ,2016




           Octavio Paz (Ciudad de México, 1914 - Coyoacán, 1998) fue poeta, ensayista y recibió el Premio Nobel de Literatura en 1990. A los diecisiete años publica sus primeros poemas en la revista Barandal (1931). Posteriormente dirige las revistas Taller (1939) e Hijo pródigo (1943). En un viaje a España contacta con intelectuales de la República española y con Pablo Neruda, contactos que le influencian fuertemente en su poética.
           Su obra se completa con numersos poemarios y libros ensayísticos, entre los cuales cabe destacar Cuadrivio (1965), Ladera este (1968), Toponemas (1969), Discos visuales (1969), El signo y el garabato (1973), Mono gramático (1974) o La llama doble (1993).
           En 1981 es galardonado con el Premio Cervantes. En 1999 aparecen, póstumamente, Figuras y figuraciones y Memorias y palabras, epistolario entre Octavio Paz y Pere Gimferrer entre los años 1966 y 1997.

           En estos pasos contados, Paz recoge los poemas y poetas que han configurado en mayor o menor grado su obra. Por eso, después de reunir todo su trabajo en un sólo volumen, el poeta se da cuenta de que al contrario de lo que pensaba, sus escritos son fantasmas, son la vida de otros, las experiencias de otros. No llega a reconocerse enteramente en sus poemas. Esto no es un hecho aislado en Octavio, podría decirse que es la "regla de oro" de todos los poetas. Las interrelaciones y/o intertextualidades en las que van forjando sus voces los escritores.

           A pesar de las diversas etapas por las que pasó, iniciándose en las vanguardias, parece ser que fue el surrealismo el que le ayudó a explotar sus imágenes, tan importantes para él en sus poemas. Al adentrarse en un mundo que él podía configurar a su antojo, se sintió libre y eso se refleja en sus trabajos de estos años. Sus lecturas y poetas pasan por todos los continentes -España, Alemania, Colombia, Argentina, China, Japón- y movimientos y épocas -Generación del 27, el Romanticismo, la novela regionalista, la poesía de Edad Media, Renacimiento, Barroco...

           Hombre de extremos, cómo él se define, a veces siente tristeza o disgusto ante lo que escribe y otras le parecen una maravilla. A lo largo de su carrera, Paz pretende con sus traducciones dar el lugar que merecen aquellos poetas que le han marcado tanto en lo personal como en lo literario. Sin embargo, cabe aquí una paradoja: para él no es importante que se recuerde al poeta sino a sus poemas. Mas, el mexicano quiere que no caigan en el olvido los que han sido sus maestros.

           

          




martes, 28 de junio de 2016

LA FUERZA DEL DESALIENTO. ÁNGEL GONZÁLEZ Y LA POESÍA DEL MEDIO-SIGLO ESPAÑOL, Pablo Carriedo Castro




La fuerza del desaliento
Ángel González y la poesía del medio-siglo español
Pablo Carriedo Castro
Editorial Devenir
Torrejón de la Calzada (Madrid), 2016




           Pablo Carriedo Castro (León, 1978) es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de León y Especialista Universitario en Materialismo Histórico y Teoría Crítica por la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido profesor de Literatura Hispánica para Extranjeros en la Universidad de León y Lector de Español y profesor de Literatura Española en el College of the Holy Cross de Worcester y en la Universidad de Washington de Seattle en Estados Unidos. Es autor de Pedro Garfias y la poesía de la Guerra Civil española, así como de diversos artículos sobre el exilio de 1939, la literatura social de posguerra y la poesía española de la democracia y la postmodernidad.

           Ángel González recuerda siempre su niñez, con más imágenes ficticias que reales, lo que puede hacernos pensar que era una forma de evadirse de la realidad que le tocó vivir en el plano socio-político. Posiblemente la personalidad del asturiano se forme gracias a los principios y características educativas de la Segunda República y, como no, en la ideología que imperaba en su casa (liberal-republicana).

           Carriedo parece tomar de base Mañana no será lo que dios quiera pues hace numerosas alusiones y referencias al libro de Luis García Montero. Partiendo de éste y de los testimonios de varios compañeros y poetas de González, la investigación del leonés toma su cuerpo, describiendo cada suceso en la vida del poeta y sus relaciones con sus contemporáneos. Los descubrimientos, por ejemplo, de Juan Ramón Jiménez y la Generación del 27 en su estancia en Páramo del Sil, mientras se recuperaba de una tuberculosis, hecho aquél que le llevó a plantearse y decidir que no quería continuar con la carrera de Derecho, pues empezaba a interesarle lo que le enviaban sus amigos Taibo y los hermanos Lombardero sobre aquellos poetas.
           Más adelante conocerá a los miembros de la denominada "Poesía social", teniendo a Gabriel Celaya y José Hierro como sus referentes y maestros. Al igual que unos años más tarde, por mediación de Vicente Aleixandre, conocerá a los poetas de la escuela de Barcelona, con los que formará grupo y tendrá una estrecha amistad, sobre todo, con Jaime Gil de Biedma.olki

           Carriedo nos muestra las diferentes etapas o épocas que vivió Ángel González olvidándose a veces, o esa es la impresión que nos da, del propio protagonista. O más que olvido, más bien parece posicionarlo en un segundo plano. Carriedo Castro se pierde a menudo en presentar en demasía a los personajes que van apareciendo, alejándose en cierto modo del tema que está tratando.
           Su investigación sirve para recordarnos algunos datos, quizá, que no recordábamos, pero no aporta mucha más novedad que otros estudios.
          Para quienes no conozcan nada de Ángel González es un buen estudio para adentrarse en la vida del poeta, y en todos los que le acompañaron en su andadura tanto personal como profesional y poética.




           


lunes, 27 de junio de 2016

EL CIERVO APLAUDIDO, Leopoldo María Panero





El ciervo aplaudido
Leopoldo María Panero
El ángel caído
Las Palmas de Gran Canaria, 2016




           Leopoldo María Panero (Madrid, 1948 - Las Palmas de Gran Canaria, 2014) estudió Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de MAdrid y Filología Francesa en la Universidad Central de Barcelona. Ejerció una militancia antifranquista que lo llevó a pasar su primera estancia en prisión. Como casi toda su generación, se adentró en el mundo de las drogas, desde el alcohol hasta la heroína, a la que dedicaría una impresionante colección de poemas en 1992. La obra de Panero posee una profunda lírica explosiva. Nos salva al tiempo que nos condena. El poeta no sólo es el único poeta maldito de nuestro panorama literario, sino también el transgresor por antonomasia de nuestras letras y uno de los mejores poetas de su generación.

           El grito, el silencio, las voces y la destrucción de las páginas es el tema central de El ciervo aplaudido. Ese silencio del que habla Panero se relaciona con la página, con lo que está escrito en ella: quizá no tenga otra forma de mostrar sus sentimientos que mediante la escritura. Sin embargo, el poeta siente que más que una forma de expresión es una manera de opresión.

           Por otro lado, iguala la vida a la insignificancia, resultado de su experiencia vital, social y política. Panero parece no escribir para ser leído, ni siquiera para dejar constancia de las circunstancias que estaban atravesando los españoles -que todo ello desemboca en su peculiar personalidad y en su voz poética, así como en su forma de tratar los temas. Más bien escribe para sacar de dentro todo lo que le molesta, lejos de que tenga repercusión.

           Se respira en sus versos tormento, el tormento de estar vivo, de haber vivido y de tener que seguir viviendo. Detesta su pasado y lo que ha sido y lo que por consiguiente es. Nos transmite su infelicidad o, más bien, su desdicha. El poeta no se pregunta por qué le ha tocado vivir esos momentos. Simplemente maldice a lo que le rodea por considerarlo culpable de su sufrimiento.



El niño es el esclavo del hombre
y la infancia es sólo
una ruina en mis labios
en mis labios cerrados a la vida.




CIRLOT. SER Y NO SER DE UN POETA ÚNICO, Antonio Rivero Taravillo




Cirlot. Ser y no ser de un poeta único
Antonio Rivero Taravillo
Fundación José Manuel Lara
Sevilla, 2016




           Antonio Rivero Taravillo (Melilla, 1963) es escritor, traductor, ensayista y poeta. Recibió el Premio Andaluz  a la Traducción Literaria por sus versiones de Keats (Poemas, 2006), el Premio Hispalense por Con otro acento. Divagaciones sobre el Cernuda "inglés" (2006) y el Premio Comillas de Biografía por Luis Cernuda. Años españoles (1902- 1938) (2008). Es autor también de poemarios, siendo el más reciente El bosque sin regreso (Isla de Siltolá, 2006). Dirige también la revista Estación Poesía. En esta ocasión con su biografía Cirlot. Ser y no ser de un poeta único ha recibido el Premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías 2016.

           Descubrir a Cirlot no es sólo una lectura, es una vivencia. La faceta del poeta ha sido prácticamente desconocida por su costumbre de publicar en ediciones muy limitadas. Está muy seguro de la maestría de su poesía y por eso se muestra impaciente a la hora de publicar sus escritos en diversos medios: Espadaña, Solidaridad Nacional o Sindicato Español Universitario. Con todo ello, puede que Cirlot no solamente busque ser leído sino que reconozcan su mérito.

           Lo primero que nos sorprende es que no se encasilla en ningún grupo (lo que nos recuerda a Cernuda con la Generación del 27), que viene a ser una especie de metáfora de cómo se sentía él con respecto al mundo (fuera de él).

           Podemos suponer, como reflejan los poemas que publicó en Papeles de Son Armadans, que su familia no estaba satisfecha con el camino que había elegido, ya que sus antepasados fueron notables militares. Cirlot pide perdón por ello, pero aún así parece no mostrarse arrepentido del todo. Taravillo ha sabido escoger los poemas que muestran las afinidades tan dispares entre su padre y su madre y sus hermanas.

           Puede ser que en este comentario sobre la biografía de Cirlot nos fijemos en los pequeños detalles pero viene a corroborar el carácter de todo lector y escritor también en este caso: la curiosidad, las ganas de aprender, de estudiar hasta el final de sus días. Esto nos da una gran pista de la personalidad del poeta. Rivero Taravillo nos relata una carta de Cirlot a Carlos Edmundo de Ory donde el primero dice tener o querer tener una sola profesión es estancarse. Esto complementa lo dicho sobre su personalidad.

           Como no podía ser de otra forma, Cirlot se inicia en el simbolismo cuando conoce a Marius Schneider, y Taravillo lo recoge muy bien: "El poeta admiró en el estudioso la erudición y la capacidad de atender a lo primitivo, su mundo de correspondencia y símbolos e, incluso, más allá de las enseñanzas recibidas oralmente, al calidad literaria de su prosa."

           Cirlot se inició en el surrealismo, en la línea daliniana, pues el poeta admiraba al pintor, a quien le dedicó varios poemas. Esta relación entre los dos genios catalanes se extenderá más allá del surrealismo, alcanzando ambos una etapa mística religiosa.

           Al nacer su segunda hija (1955), Cirlot comienza una etapa de aislamiento entre sus contemporáneos. En su última época, 1966-1972, resurge su vena poética. Es curioso cómo Cirlot ve en Rosemary Forsyth, llamada Bronwyn en la película El señor de la guerra, una nueva mitología. Bronwyn es la madurez poética de Cirlot. En los 16 libros que configuran el ciclo Bronwyn, se plasman todos sus conocimientos sobre simbología y arte medieval. Las formas poéticas abarcan desde el soneto hasta la más espectacular poesía permutatoria; múltiples formas, desde las más tradicionales a las más vanguardistas.

           El autor de "Hombre libro" aborda de forma contrastada y meticulosa, todos los aspectos de la vida de Cirlot, tanto personal como profesional. Consigue hacer un buen retrato del poeta para así elaborarnos nosotros mismos una imagen de su personalidad y destejer los hilos de su obra. Hombre de firmes ideas, Cirlot hizo de su poesía una forma de estar en el mundo, en cualquiera que él eligió.