jueves, 16 de junio de 2016

TÚ ME MUEVES, Agustín Pérez Leal



Tú me mueves
Agustín Pérez Leal
Pre-Textos
Valencia, 2016




           Agustín Pérez Leal (Teruel, 1965) es licenciado en Filología por la Universidad de Zaragoza. Reside en Alicante donde da clases en un Instituto de Secundaria. ha publicado diversos poemarios en Pre-Textos: Cuarto Cuaderno o Libro de Siberia (2001) y La Noche en Arras (2006). Colabora a menudo con reseñas sobre poesía en la revista Turia de Teruel. Poemas suyos figuran en las antologías Orfeo XXI (Libros del Pexe, 2005), Jóvenes poetas españoles (La Jornada, 2007), La geometría y el ensueño (Fundación José Manuel Lara, 2013) y Vida callada (Pre-Textos, 2013).

           El título del libro que nos ocupa es su mejor resumen. Con cada poema Pérez Leal consigue conmovernos y hacer que nuestras emociones y sensibilidad salgan a la luz. La dulzura y el cuidado con el que trata cada palabra en el poema se agradece mucho, ya que con cada verso es posible el disfrute interno: "Ven y baja. Regresa / al amor, a la infancia, / al sin ti, tu certeza." 
           Cada poema tiene un nombre propio y, aunque sigue un mismo tono, cada cual tiene su voz. Todos los poemas guardan ese aliento de esperanza, de amor posible, que viene y que espera, y que sin él el poeta se hace humo. Se siente también un cierto sabor a melancolía al hablar de esos sentimientos primerizos del amor, aunque finalmente el autor elige ese amor que vive actualmente.

           Tú me mueves, libro con el que ha obtenido el XXIX Premio Internacional de Poesía Antonio Oliver Belmás, es libertad, musicalidad, gozo y disfrute. Para el buen lector de poesía, que gusta del lenguaje sencillo pero de fondo profundo, y para quien sepa encontrar en los versos de Agustín Pérez Leal su propia historia, éste es su libro.



LA OSCURA CLARIDAD

Este convite tuyo,
beber el mundo a ciegas, qué certera
precisión, qué dulce pájaro
multiplicado en la cañada,
adónde el nido último,
la fuente de la luz.

¿Y seguiré buscando
fresas bajo las hojas,
violetas en la linde del pinar?

Sigue su curso el mundo, con amor,
con dolor de criatura, sin sosiego.

Y no detiene el viento su jornada.


Y no termina el agua de manar.

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